El hidrocele se produce por la persistencia de una comunicación entre la cavidad abdominal y el escroto, que permite la salida de líquido peritoneal hacia el escroto, lo cual se aprecia como una variación del tamaño testicular a lo largo del día. La intervención quirúrgica consiste en acceder a la región inguinal a través de una incisión en la piel y extirpar dicha comunicación.
Como normal general se utiliza una sutura reabsorvible, por lo que no es necesario retirar los puntos de sutura, que caen solos en el plazo de una semana a diez días.
La operación sobre el hidrocele debe de realizarse tan pronto se ha diagnosticado la presencia de una comunicación, y aunque no suele ser una urgencia vital, no debe demorarse la intervención por causas no justificadas médicamente. Debido al tipo de intervención, este procedimiento se realiza bajo anestesia general. Como toda práctica médica, no está exenta de riesgos o complicaciones, comenzando por los derivados de la anestesia general.
Las complicaciones son escasas, aunque las más frecuentes pueden ser: sangrado postquirúrgico, hematoma escrotal, infección de la herida operatoria, granuloma de rechazo a la sutura, reproducción del hidrocele. En general dichas complicaciones se resuelven en un plazo razonable de tiempo.
Como norma general, la estancia media es de unos 3 días. En las primeras horas del postoperatorio, el niño puede tener molestias en la herida que suelen ceder con la toma de analgésicos.